Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

La poesía remediana del siglo XIX (página 2)



Partes: 1, 2

Siempre que el hombre
domina sus condiciones de existencia lo hace de forma
específica y en una situación espacio-temporal
dada. En tanto no se conozcan estas circunstancias y no sean
valoradas por otros hombres, tal anonimato no le permite
participar de forma adecuada en la universalidad. La historia se encarga
después de ir depurando aquellos elementos que no son
dignos de ser asimilados y «eternizados». (2)

La identidad
cultural es la producción de respuestas y valores que,
como heredero y trasmisor, actor y autor de su cultura el
hombre realiza
en un contexto histórico como consecuencia del principio
socio psicológico de diferenciación e
identificación con otros grupos o sujetos
culturalmente definidos. (3)

Fundada en las primeras décadas del siglo XVI y
considerada la octava de las villas constituidas por los
colonizadores españoles, San Juan de los Remedios siempre
ha estado
caracterizada por su desarrollo
cultural que marca con
fuerza sus
códigos identitarios.

En el florecimiento económico y social de la villa
tiene un papel destacado el siglo XIX en el que se propician las
condiciones para que se produzca el boom de la industria
azucarera. Este auge económico favorece las actividades de
esparcimiento y recreación: fundación de instituciones
como teatros, academias de música, bandas de
conciertos, periódicos, las que, junto a festividades como
carnavales,
fiestas de San Juan, parrandas, fiestas de la Cruz de Mayo dieron
al territorio matices que lo distinguen.

Acceder a textos que caracterizan la literatura del siglo XIX
constituye un reto para los investigadores porque muchas obras de
interés
se encuentran publicadas en periódicos y revistas de la
época. La importancia de acercarse a las mismas, develar,
estudiar y socializar los resultados constituye objeto de
análisis de Cintio Vitier que plantea al
respecto:

La historia literaria concebida como un incesante devenir
tanto del pasado como del presente, vive y se nutre de esas
pequeñas o grandes revelaciones, de esas modestas o
gloriosas resurrecciones que hacen de su estudio, no una didáctica repetición de criterios y
valores estables, sino un tenaz, apasionado replanteo y una
perenne aventura
.(4)

Virgilio López Lemus señala que no se puede
(o no se debería) estudiar el proceso
identitario de la cultura nacional cubana, sin advertir que
poesía
e identidad están intensamente vinculadas, que la historia
de la nación
cubana puede seguirse en sus versos, pero no sólo en lo
factual, sino en la evolución del espíritu cubano, el
cual, por supuesto, como el propio concepto de
identidad, implica cambios, evolución, no estatismos.

(5)

Inspirados por esta consideración las autoras
desarrollaron este trabajo
investigativo con el interés de poner al alcance de todos
los estudios relacionados con la lírica en esa etapa como
parte intrínseca de la cultura del remediano. Este estudio
incluye el análisis de las condiciones económicas,
políticas y sociales de la villa de San
Juan de los Remedios, de los periódicos en cuyas
páginas se dan a conocer los poetas, la valoración
de las obras y su inserción en las tendencias nacionales e
internacionales del periodo. Esta labor solo pudo concluirse
luego de una paciente búsqueda y revisión de la
prensa que se
encuentra en el archivo
José Andrés Martínez Fortún y Foyo de
la ciudad.

Al consultar diferentes textos bibliográficos
relacionados con este tipo de análisis se pudo cotejar un
grupo de
constantes que posibilitaron una guía para el estudio de
la poesía publicada en la prensa remediana del siglo
XIX.

Los poetas del siglo XIX iniciaron el camino de la
poesía actual, recordarlos es un acto de justicia que
honra a las actuales generaciones.

Desarrollo.

En toda época, las corrientes artísticas y
literarias responden, por su orientación e incluso por su
servicio, a
las clases dominantes. La historia de las artes no se desliga del
régimen social imperante. Incluso oponiéndose al
sistema, es el
propio sistema quien determina el tipo de arte y
literatura. La historia a la larga impone las condiciones bajo
las cuales ha de desarrollarse cualquier escuela. Nada es,
por tanto, reproducción exacta de nada y, cuando esto
se ha intentado, el fracaso ha demostrado el axioma.

El romanticismo es
hijo de las condiciones que llevaron a la revolución
francesa. Es la respuesta de los escritores ante la nueva
situación imperante. Los románticos expresan el
sentimiento de una época marcada por la incertidumbre y la
lucha entre señores feudales- burguesía- poder militar-
poder de la iglesia.

Numerosos investigadores han analizado el movimiento
romántico desde su surgimiento; estos estudios han
incluido no solo las características fundamentales de las
obras sino las del creador, lo que hace concluir que: ser
romántico es una condición, primero en el hombre y
después en la obra que lega.

El romanticismo es un término que, a pesar de ser tan
familiar, resulta uno de los menos precisos conceptual,
temática, cronológica y estilísticamente. No
obstante lo anterior es innegable que tanto en las artes como en
las letras ha habido una especie de moda que, con sus
distintas particularidades, se ha manifestado en casi todos los
países aunque en momentos diferentes.

Este término se aplica a obras en las que se destaca la
intensificación del sentimiento. El acento en la carga del
sentimiento individual, de tipo desbordado, un sentimiento
turgente y violento, constituyen rasgos y características
del romanticismo.

La preferencia por la soledad y el aislamiento. El encerrarse
en si mismo hace que el romántico acepte la teoría
del arte por el arte como la verdad. El mundo aparte de los pocos
placeres que les proporciona para al final negárselos, es
un erial donde cada flor se deshoja no mas tocarla, sitio
perverso al cual se fue arrojado por ese dios que por momentos se
adora para después renegarlo, el diálogo
con el cielo es contradictorio y asfixiante, al no encontrarse a
gusto en el mundo que vive, -ni con los hombres que lo rodean- lo
detesta e intenta encontrar en el pasado un mundo que lo
satisfaga o de lo contrario clamar a la muerte como
termino o solución a sus males. Se contraponen y se juntan
sentimientos contradictorios- elogio- burla; ira- desden-
amor
pasión; verso y prosa; blasfemia- adoración;
sonrisa- llanto; exaltación- abulia. Para el
romántico le ha tocado vivir en la peor época, con
los peores amigos en una tierra
perversa. El poeta es un ser maldito que como destino manifiesto
debe dar la obra de arte. Es una planta maldita/ Con frutos
de bendición. (Zorrilla)

Es como un ave rara que solo le queda el canto, -la
creación- y a ella se da como amante que se entrega a la
muerte.

Los cuatro nombres más significativos de la
poesía del romanticismo español
son: Angel de Saavedra. Duque de Rivas -1871-1865-; José
de Espronceda -1808-1842-; José Zorrilla -1817-1893-;
Gustavo Adolfo Bécquer -1836-1870-.

Entre las poetisas: Carolina Coronado y Rosalía de
Castro.

El romanticismo español tiene características
específicas que lo distinguen: triunfo tardío en
comparación con Alemania,
Inglaterra y
Francia.
Está más cerca de las tendencias liberales y
progresistas del romanticismo británico que del
alemán o francés. En España
florece la oratoria
política,
la novela
histórica, la poesía lírica, el teatro y la
narrativa.

El teatro español de la época de oro
constituyó fuente de inspiración para la escuela
romántica. La combinación del verso y la prosa y el
predominio de la polimetría en las obras es formalmente
una de las innovaciones del teatro romántico.

Los viajes– no del
cuerpo sino del espíritu- eran una de las pasiones del
romanticismo. Inspirarse en mundos exóticos, distantes de
la realidad palpable era encontrarse con su yo a escala celestial.
América, más que el mundo
conquistado era el mundo de la evasión. El romanticismo se
vistió de polizón y arribó a América
en medio de las luchas por la independencia
en la mayoría de los países del continente bajo el
dominio
español.

Las influencias europeas en América mostrarían
nombres frecuentes: de España, Larra, Espronceda,
Bécquer, Zorrilla. De Francia, Hugo, Lamartinne. De
Inglaterra, Byron, Scott. De Alemania Goethe, Shiller.

Los temas continuarán siendo el progreso, la patria, el
porvenir, la libertad, el
destino humano – ahora y a pesar de la vista vuelta al viejo
continente- pasado por la experiencia cotidiana en un mundo que
se expandía con tanteos de niño que deseaba caminar
-o al menos lo intentaba- sin andador. Tal vez por ello el
énfasis en el paisaje natural, los tipos humanos, con sus
modos y costumbres, las maneras de vivir- o subsistir- en los
diferentes entramados sociales. La idealización del indio
en los lugares que signaron la etapa anterior a la conquista se
hizo palpable.

Las composiciones son festivas, legendarias, civiles,
sociales, amatorias, costumbristas, descriptivas, ligeras,
graciosas, báquicas, epigramáticas. Es una
poesía sencilla, centrada en el pasado, la naturaleza,
los ríos, los lugares exóticos, la ternura hacia
tipos regionales, el folklore.

Las formas preferidas son el soneto y el romance –este
último en las regiones donde las minorías cultas se
enorgullecían del pasado español-.

Tanto en España como en América se nota el
empleo
frecuente de adjetivos como lúgubre, lóbrego, vago,
sombrío, melancólico, hórrido,
fétido, fúnebre, fatídico, pálido,
moribundo, agónico, fúlgido, vívido,
mágico, lánguido con una marcada preferencia por la
acentuación esdrújula.

Y sustantivos como frenesí, devaneo, vértigo,
quimera, ilusión, suspiro, delirio.

Cuando en Remedios se funda la imprenta, en
Cuba se
transita por el romanticismo, lentamente fusionado con la
realidad en la que vive el poeta. Si las escuelas poéticas
arriban por los puertos desde la metrópoli; es en el
espacio cubano, filtrado a través de los ojos del poeta
que se va tiñendo de los colores
nacionales, llenándose del canto de las aves y el
murmullo de los ríos; desde Silvestre de Balboa la
poesía nacida en la isla comienza a desligarse lentamente
del barroco, el
rococó y el clasicismo europeo. Es cierto que muchos
siguieron apegados a las normas y
métricas de Horacio, Virgilio, Góngora, Quevedo,
López de Vega y afines, y que dentro de estos moldes
acomodaron al nuevo mundo, pero el misterio y fascinación
que causa la exhuberancia de la naturaleza y que hiciera
pronunciar la célebre frase al Almirante no mas poner un
pie en tierra se iría imponiendo sobre las náyades,
las vestales, las vírgenes, la vid, y el coro de ángeles y
arcángeles. Solo la esencia del paisaje, el sentimiento y
el amor por la
naturaleza, los hombres; la muerte siempre dispuesta, el olvido;
en fin, la angustia existencial -tan consustanciales al hombre-
se fueron expresando con el sabor de la tierra
donde vivía el creador.

Los poemas de
Manuel Zequeira y Arango (1764-1846) oda «A la
piña»; de Manuel Justo de Rubalcava (1769-1805)
«Silva cubana»; con los medios
expresivos del neoclasicismo
español y francés intentan un acercamiento a la
naturaleza cubana. En este mismo plano están algunos
poemas de Ignacio Valdés Machuca (1792-1851) poeta que
junto a Plácido inician el movimiento del
siboneísmo.

Lentamente la poesía- hecha en Cuba y desde lo cubano-
se va despojando de lo foráneo en el contenido, aunque
persista en la forma; y con Heredia, afloran los poemas de
Gertrudis Gómez Avellaneda, Gabriel de la
Concepción Valdés (1809-1844); Francisco Iturrondo
(1800-1868) Federico García Copley, Ramón Zambrana,
Federico y José Jacinto Milanés y es con ellos que
el romanticismo viene a dar el impulso definitorio.

El romanticismo era el nuevo traje y ¡cuál mejor
en ese momento! cuando comenzaba a nacer el sentimiento por lo
autóctono y el concepto de patria comenzaba a tomar la
justa dimensión liberadora. Patria e Independencia de la
metrópoli comenzaba a ser una misma idea en muchos de los
intelectuales.

Los que organizan el primer periódico
remediano en 1852, – vivieron en La Habana durante la
década del cuarenta, y fueron testigos de los
acontecimientos del terrible año 1844- compartieron
estudios, sueños y aspiraciones con jóvenes que
después entrarían a formar parte de la historia de
las letras en Cuba. En la capital
estudiaron Francisco Javier Balmaseda, León Albernas,
Teodosio Montalván. De estos estudios retornan a ejercer
sus profesiones de abogados, farmacéuticos y
médicos, sacerdotes y agrimensores en Remedios y llegan a
ocupar cargos importantes en la
administración colonial. Cargados de ideas renovadoras
no tardan en enrolarse en la vida social y la política.
Tienen pequeños enfrentamientos con las autoridades
españolas por las reuniones de jóvenes que no solo
hablaban de literatura y sus respectivas profesiones sino que
comenzaban a cuestionarse la situación de la isla bajo el
gobierno
español. Grupo heterogéneo de intelectuales que
lentamente van agrupándose en torno a las ideas
preconizadas por Narciso López.

Paralelo a esta situación; en la década del
cincuenta comienza el auge económico de Remedios y el
arribo de hombres de negocio de distintos puntos de la Isla;
Sancti Spíritus, Trinidad, Matanzas y Camaguey, de este
último provienen Tomas de Rojas y Ramón E. de
Carpegna, de ascendencia francesa y que se encarga, junto al
remediano José de Caturla y Rojas, de traducir del
francés la obra de Lamartinne y Hugo para la prensa local.
Hasta este momento Francisco Javier Balmaseda era en único
remediando con un libro
publicado, Rimas cubanas en 1846, aunque varias publicaciones
periódicas de la época como El Liceo de La Habana,
y Faro Industrial habían acogido poetas de esta zona que
utilizaron seudónimos que imposibilitan conocer el nombre
hasta nuestros días; así tenemos que el 15 de enero
1839, en el Diario de la Habana, un remediano con el
seudónimo "El ambulante" publica un soneto dedicado a
Sebastián Saura, 2do Alcalde para 1839, muerto el 13 de
diciembre de 1838.

Cuando Teodosio Montalván estudiaba en La Habana en
1849, colabora en La Prensa, de La Habana; en El Fanal, de Puerto
Príncipe; El Fénix, de Sancti Spíritus y El
Eco, de Villaclara. Tambien publica por esta época Ana
Lorenza Díaz, primera poetiza remediana, su soneto
«A Felicia» de 1845.

Con el surgimiento del periódico El Boletín es
que se abre la posibilidad de que otros poetas vean publicadas
sus composiciones y comienza la primera etapa de la prensa en
Remedios que va de 1852 a 1869 y con ella la primera época
de la poesía remediana. A los nombres de Teodosio
Montalván, Francisco Javier Balmaseda y Ana Lorenza
Díaz se suman Tomas de Rojas, José León
Albernas, Francisco Riverón, Fernándo Ruíz,
Ramón E. Capegna.

Esta etapa está caracterizada por una poesía de
búsquedas y tanteos; como se ha visto, los intelectuales
remedianos tienen los conocimientos y la información necesarios para ser hombres de
su tiempo.
Conocen además de la poesía española, la
francesa, que son capaces de traducir, así como la inglesa
y la alemana. Los que estudiaron en la capital traen los materiales
suficientes para compartirlos con los compatriotas y en el mismo
local del periódico El Boletín, inauguran El
Gabinete de Lectura en
1859, institución que posibilita junto a la Sociedad
Filarmónica de Instrucción y Recreo de 1840, la
divulgación de las obras literarias que arriban por
distintas vías a Remedios. Son entonces fuente obligada de
consultas las obras de Heredia, Francisco Pobeda, Ignacio
Valdés Machuca y Francisco Iturrondo, Domingo del
Monte.

Influidos por el siboneísmo de unos y el costumbrismo
de otros, los temas de las composiciones comienzan a centrarse-
tal y como en el romanticismo- en el porvenir de los remedianos,
la libertad, el destino humano, la relación del hombre con
Dios, el cuestionamiento del dogma católico, la
incógnita que significa la muerte y a la cual invocan como
remedio de los males terrenales. Afloran los personajes populares
y el folclor.

En realidad es una poesía que brota espontánea,
fresca y a la vez cargada de imperfecciones y ripios, con versos
forzados y soluciones que
resultan ingenuas.

Otras veces al poeta no le interesa seguir al pie de la letra
las formalidades de una escuela y se desentiende, con toda
intención, de estas. Toda prisión es una carga.
Cualquier prisión nos limita. Por ello desde finales del
XIX el arte iría – cada vez mas- en busca de la
belleza librándose de la camisa de fuerza de las
academias.

Francisco Javier Balmaseda – tal vez el sabio-poeta
olvidado de la literatura
cubana- había dado muestras de su imbricación
en el romanticismo desde el libro publicado en 1846. Libro donde
juega con la ortografía del español
desdeñando la Y, y utilizando la i. En «La
inconstancia de la suerte» glosa magistralmente una
cuarteta de la tradición española. (Aprended
flores de mí / Lo que va de ayer a hoi /Que ayer maravilla
fui / Yo.sombra mía no soi
.) Balmaseda es el
más perfecto de los poetas imperfectos remedianos del
siglo XIX.

Así hasta llegar a 1861 y publicar un libro de fábulas
que durante muchos años fue recomendado por el Ministerio
de Educación
como texto para las
escuelas primarias. Fabulas Morales
es un título prestado pues Félix María
Samaniego había publicado un libro con igual título
en 1781 y este a su vez había seguido el camino de La
Fontaine.

Por su parte la poetisa Dolores Montalván brinda en la
mayoría de sus composiciones la descripción del entorno campestre, donde la
naturaleza cubana es el centro de la emoción: Dulce
son, Cuba, tus piñas/ Y majestuosos tus montes,/ Y con las
flores aliñas,/ Tus olorosas campiñas/ Donde trinan
los sinsontes.

Y Teodosio Montalván en «La cita» acerca al
lector al entorno remediano al ubicar una historia de amor y
desencuentro en Guajabana, término del municipio de
Remedios. Poesía netamente bucólica. Un
arroyuelo/ Por sobre peñas,/ Bejucos, breñas/
Miré saltar/ Y en su corriente/ Rosas, verbenas/
Y alba azucena/
Le vi llevar.

Aún con préstamos de la cultura grecolatina, en
algunas de sus décimas en «La rosa
vueltabajera» nos brinda momentos de rebosante
cubanía, donde el paisaje sigue siendo el centro de la
emoción al tiempo que es capaz de razonar sobre la
situación de un personaje visto por las calles y del cual
deja una imagen
vívida y desoladora en el soneto; «El
mendigo». Pálido, triste, con mirar cansado,/ De
harapos lleno y de vigor escaso,/ Va caminando como el sol a ocaso,/
Extinguiendo sus fuerzas denudado.

Llegado de Camagüey en 1856, de profesión barbero
y por afición pintor y poeta, Francisco Riverón, es
un fiel colaborador de la incipiente prensa. Aferrado al dogma de
la iglesia, ofrece una poesía de corte moralista, donde
muestra la
grandeza de dios y la aberración de los hombres; dios como
centro y símbolo de la virtud. La relación con dios
en el plano de la sumisión y con una marcada influencia de
Quevedo, se burla de la ignorancia ante el intento de unos por
descifrar la obra de arte buscándole oscuras
interpretaciones y la envidia de otros ante la grandeza de un
artista. Hizo el retrato de la envidia un día/ A
inspiración del genio el gran
Tiziano/ Y al ver al monstruo horripilante, hircano, / Puso por
lema al pie: Mi fantasía.

El poeta remediano José León Albernas,
cultivador del soneto clásico, y tambien con la impronta
de Quevedo, se detiene en los efectos de la naturaleza sobre el
hombre: ¿Hasta cuándo mosquito por mi oído/ Con
zumbadora tromba que me aterra/ Provocarme querrás a cruda
guerra/
Punzándome insolente y atrevido?

Desde el primer libro de poesía publicado por un
remediano «Rimas cubanas», de 1846, pasando por la
fundación de la imprenta en 1852 y los periódicos
que aparecieron en años sucesivos hasta 1869- inicio de la
guerra en la jurisdicción- cuando son capturados y
deportados la mayoría de los intelectuales que colaboraban
con la prensa, se cierra la primera etapa en el quehacer
poético de Remedios.

Cortada de raíz la prensa – sobrevivieron durante la
guerra los periódicos de la burguesía
española o cubana que preferían mantener el estatus
de colonia- es innegable que se abre un paréntesis hasta
después del Pacto del Zanjón.

Tres poetas de esta primera etapa reflejan el desgarramiento
por la separación de sus seres queridos al ser condenados
al destierro en la Isla de Fernando Po, lo que resulta- misterios de
la existencia- la despedida de la creación poética
hasta el cese de la contienda bélica.

José de los Ángeles Rodríguez, maestro de
primera enseñanza y colaborador de El Heraldo de
José León Albernas se despide con este «Adios
a Cuba» que dedica a su hijo desde la fragata "Polar" en
medio del Atlántico. No prosigas, Polar, cese tu
quilla/ De hender las aguas de la mar furiosa;/ Cese la chusma de
gritar ansiosa/ Que en mi trova sencilla, / En lastimado acento,
gemebundo/ Quiero decir ¡Adiós!…al nuevo
mundo.

Andrés del Rio y Rodríguez; colaborador de La
Razón, El Porvenir y El Heraldo. Deportado el 21 de marzo
de 1869, escribe desde el San Francisco de Borgia el soneto
«Adios, a la patria» Detén ¡Oh nave!
la veloz carrera/ Por piedad, un momento, un solo instante, / Y
deja contemplar a su hijo amante,/ Aquellos campos por la vez
postrera.

En ambos poemas se trasluce la influencia de «El Himno
del desterrado» de Heredia, y «Al Partir» de la
Avellaneda.

La prensa toma nuevos aires en 1878 y surge El Criterio
Popular, periódico que responde a las ideas liberales;
aún no ha concluido la contienda bélica y en sus
páginas se refleja la separación que comienza a
establecerse entre la política de España y la
cubana.

Mas de treinta periódicos locales- de corta o larga
permanencia- ven la luz en el
período comprendido de 1878 a 1900. Y en todos, la
sección dedicada a las letras se prestigiaba con la
poesía de los remedianos.

Nuevos nombres se agregan a la lista de los iniciadores sin
apartar a los primeros; varios de los cuales, al regreso a la
patria continúan colaborando con la prensa desde cualquier
sitio donde residan.

Octavio Irio y Bausá. (1862- 22 de marzo 1887) resalta,
por la brevedad e intensidad de su vida -murió a los
veinticinco años- y la calidad de sus
obras de teatros. Romántico con influencias de Zorrilla y
José Echegaray.

Juan Jorge Sobrado (1845- 1905) Publica «Cantares
campestres» 1879, «Ramillete remediano» 1880 y
«Recuerdos de la guerra» 1898.

Francisco Javier Balmaseda continúa su labor literaria
y científica desde Colombia donde
reside. Publica en Colombia en 1874 «Obras» con
versos, fabulas y notas biográficas de cubanos ilustres.
«El miscelánico» recopilación de
producciones científicas y literarias. «Tesoro del
Agricultor Cubano» (3 tomos), «El libro de los
labradores» (1891) «Parnitología de las
aves» (Científico)

Sin libros
publicados pero con una amplia colaboración en la prensa
se destacan entre muchos; Eduardo Ruiz García, Guillermo y
Arturo Foyo del Portal, José Vidal y Caro, José
Manuel Valdés y Facundo Ramos y Ramos, este último,
medico español residente en Remedios desde 1873, fundador
de varios periódicos y que pese a no compartir las ideas
de independencia de los cubanos, supo captar- tal vez como
ninguno nacido en la Isla- lo cubano, para reflejarlo en su obra.
Los poetas de esta segunda promoción – para darle un
calificativo- ya se desligaron de cualquier influencia que no sea
del romanticismo. Pudiera pensarse en una poesía
«del interior» «de villa pequeña»
distante de las capitales donde se supone se escriba la mejor
poesía de la época.

Se impone entonces un análisis de las composiciones de
los poetas que publicaron en Remedios en busca de su
inserción en el panorama de las letras cubanas.

Temas como la naturaleza, su identificación con las
aves y la vegetación, los ríos y la
aceptación de los tipos populares de la zona, se ven
reflejados en la obra de los poetas remedianos.

Juan Jorge Sobrado, es un versificador, un improvisador y
canta en los cumpleaños, en las muertes, los nacimientos,
las funciones de
teatro, lo que lo convierte en un cronista de su tiempo;
improvisador sin maldad, sus versos son festivos, repletos de la
sátira y la ironía más inocente.

Poeta que se inspira en las tradiciones y que sin rubor
prefiere el campo, y la poesía que brota espontánea
del pecho del campesino a
las gargantas de la docta ciudad. La negación de la
confusión que ofrece la civilización y la necesidad
de la paz en medio del esplendor de la naturaleza; esto no le
impide detenerse a componer poemas de excelente factura. En
« La tojosa» se siente conmovido por el canto-lamento
del ave, y se pregunta cómo un ave de apariencia dulce
puede tener tanto dolor, tanta amargura, al punto de llenar el
espacio de angustia y responde, intentando encontrar la
explicación, enumerando las posibles causas –
siempre humanas- que llevarían al dolor. Interesante poema
que define como romance y sin embargo, resultan versos
alejandrinos, que al dividir para formar dos versos
heptasílabos, da como resultado una octavilla.
Dulcísima tojosa que llenas a los vientos/ De
tétricos lamentos, preludios de dolor,/ ¿Por
qué no vuelas leda, lo mismo que otras aves,

Y lanzas trinos suaves de paz, dicha y amor?

Juan Jorge Sobrado –como la mayoría de los poetas
remedianos y en general de la poesía
cubana- siente predilección por las esdrújulas
las que asume como un estilo. En « A Brígida»
da muestras de la intencionalidad de esto desde el mismo
título, y un poco remite a la poesía del
Cucalambé.

Sobrado es un hombre de mundo, asiduo a todas las actividades
que incluyan el arte de versificar. Es un poeta con el ojo puesto
en las cosas cotidianas y la mayoría de las veces se
siente conmovido por aquello que no puede cambiar, por ello no
escapan de su creación los tipos populares y su
implicación social y moral. En las
décimas «Al dinero»
insiste en lo social. Por ti pasa la existencia/ Entre penas
el mendigo:/ Por ti se llega el amigo/ En enemigo a tornar./ Por
ti millones de seres/ Dejan la patria querida,/ ¡Y
cuántos pierden la vida/ Entre las olas del mar!

La muerte, un misterio, ese lamentarse por la soledad en que
quedan los muertos, resulta una incógnita insalvable. Para
el que la tenga como remedio, sea bienvenida y es en estos
estados de ánimo donde se regodea el alma
atribulada de los románticos. El poeta es una victima
doble de la muerte. Morir para alcanzar la paz unas veces y en
otras no querer tan definitiva solución pues se es
medianamente feliz; en la primera se le ruega su presencia, en la
otra se le increpa y maldice. Guillermo Foyo del Portal en varias
de sus poesías
aborda el tema; aprovecha la aparición del cometa en 1884
para cuestionarse la vida esclava. Es la mirada del poeta puesta
en la situación de millares de seres humanos sometidos a
la esclavitud, en un
período histórico en que se acabó de librar
una guerra contra la condición de colonia y en Remedios
aún no se ha apagado la llama libertadora.
¿Qué te importa morir? Avanza, avanza,/
Ostentando tu hermosa cabellera!/ ¡Y si es preciso para
verte libre, / Que horrendo choque con la tierra tengas/ No temas
avanzar; rásgala y húndela,/ Para que libres
eternamente seas.
(El cometa; 1884)

Eduardo Ruíz y García, poeta nacido en
Cádiz, era profesor de
matemáticas cuando viene a Cuba como
soldado del Ejército español. Al poco tiempo se une
al Ejercito Libertador bajo las órdenes de Francisco
Carrillo hasta el fin de la guerra del 68. Los estudios cursados
en España le permiten hacer una poesía de corte
filosófico y al estilo y forma de la poesía
española. Desde Remedios participa en diversos
certámenes de poesía en la capital y obtiene el
Primer Premio en los Juegos
Florales del Casino Español de la Habana por su Oda a
Santa Teresa. Colabora también con publicaciones en
España pues en su juventud funda
un periódico -El Cantoral- .en su ciudad natal.

Para este poeta todo es ilusión que se desvanece, todo
es nada, el mundo actual en su totalidad es un miserable antro de
perdición, entonces clama tener el poder de cambiar las
cosas, ser como dios para iniciar un nuevo mundo. Nacer,
vivir, morir, breve tarea/ Que apenas se principia, ya se acaba.
/ Placer que vilipendia o que fastidia,/ Sabios de
relumbrón, mujeres vanas.

Su poesía a ratos denuncia la hipocresía de la
apariencia, es un intento de poesía social.

El poema «Gibraltar» es un canto a la
independencia, al derecho del pueblo español sobre este
pedazo de tierra ocupado por los británicos. Poema
patriótico que demuestra que su incorporación al
Ejercito Libertador no es una decepción de su
condición de español, sino que entiende y asume la
posición de los cubanos a ser dueños de su
país. Poema polimétrico que combina serventesio con
la octava italiana, es el lamento del hijo de la patria
española ante la bandera inglesa impunemente izada en un
pedazo de su país y donde se clama a la historia para
levantar el honor mancillado y se le prefiere hundida en el mar a
seguir deshonrada.

Años después un poeta cubano, Bonifacio Byrne,
sufriría la misma indignación al ver una bandera
extranjera izada en su patria.

El poeta Vidal y Caro, asume la identificación de su
alma con la naturaleza y la comparación se hace más
evidente. En este caso existe una suerte de parábola, un
arbol solitario es victima de las tempestades, un palmar resiste
los más fuertes vientos sin ser destruido. El poeta, al
final, afirma ser como el arbol y el palmar. Sin la mujer amada es
como el arbol, con ella como el imbatible palmar. Yo soy el
árbol triste y silencioso/ De a orillas del camino, / Y
aquel palmar alegre y rumoroso / De altos nombres y glorioso
torbellino.
(«A mí amiga Marianita»
1881)

Facundo Ramos y Ramos, es el más cubano de los poetas
remedianos sin dejar de ser español, idea que se sustenta
sobre su producción literaria. Si en la prosa capta el
modo y costumbres de sus coterráneos, en la poesía
se desborda el ritmo y color de lo
cubano. Evidente es la influencia de la poesía
costumbrista de Domingo del Monte, las décimas del
Cucalambé e incluso Fornaris, junto a Plácido,
Zenea y Francisco Iturroldo. Ramos bebe sin reparos en la
poesía de los bardos cubanos para ofrecer su poesía
tal como un cubano de su época. Yo quisiera habitar en
un bohío/ De yaguas y cobija hecha de güano/ A la
sombra de un jobo, junto a un río/ En un rústico
valle remediano
. (Mi ambición, 1896)

En esta otra composición hay poco empleo de los
adjetivos. Desprovista de imágenes
como no sean las que proporciona el campo cubano y trasladadas a
la poesía de forma natural, sin búsquedas formales
y que resulta simple enumeración de las cosas que se
poseen y que ofrece a la mujer amada.
Tengo una fresca casa de güano,/ De seca yagua sus muros
son,/ Cosí sus bordes con la majagua/ Como guajiro
cobijador.

No resulta descabellado citar los versos de Plácido:
Si aceptas mi petición,/ Cortaré cedros en
Sagua,/ Y haré para nuestra unión/ La más
bella habitación/ Que tenga Manicaragua.

Y los aún anteriores de Pobeda. Enyugar los tardos
bueyes,/ Tumbar el erguido monte,/ Oír los trinos del
sinsonte/ Entre áridos yamaqueyes:/ Ver sembrado los
bateyes/ De nísperos y de anones;/ Escuchar dulces
canciones/ Cuando por los campos vas, / Responde, ¿no vale
más/ Que fútiles tradiciones?

Ramos y Ramos en «Consejos que da un guajiro de cayayues
a un carbonero de seborucal» va mucho mas allá de
Pobeda; se apropia del español hablado en la zona y
muestra, mediante un diálogo, las incorrecciones en el
habla, guardando el respeto necesario
por el tipo popular. Se evidencia más que una crítica, el interés por reflejar una
época. Décimas de tono festivo que dibujan de
manera sabia el ambiente en
que se mueve el remediano. -Ascucha Goyo/ -Ya escucho./ -Yo
voy a darte un concejo,/ Pa que libres el pellejo/ Pues soy en
amores ducho./ -Todo soy orejas Chucho./ -Pues aguaita mí
selmón./ -Aguro que el corazón/
Me ha sarcochao esa endina/ Y voy a darte trinina./ -Oye; y no
seas melón:

Es necesario tornar al poeta Juan Jorge Sobrado, denominado
«El vate de la guerra», pues es el que con mayor
vocación asume la poesía para ponerla al servicio
de la patria aunque su condición de clase media no
le impida coquetear y moverse entre la burguesía
española a la cual le dedicaba sus composiciones, y
cantó por igual a los reyes de España, que a un
militar español destacado en la zona- cuando la
hidalguía y el honor eran sus cualidades- . No obstante a
todas estas incongruencias ideológicas bastan los sonetos
cuyo tema es la reconcentración de Weyler, para encumbrar
su poesía de corte patriótico.

La antigua Jurisdicción de Remedios, que incluía
a San Antonio de
las Vueltas, y Guanijibe, el primero al oeste de la villa y el
segundo al sur, fue testigo de la etapa más cruel del
gobierno español en la isla, pues en estos lugares se
concentraron a los campesinos de la zona de Las Villas.

La reconcentración de Valeriano Weyler, comparada con
los campos de concentración nazi a mediados del siglo XX,
hizo estremecer a Juan Jorge Sobrado que la pudo observar, palpar
y padecer y su reacción fue escribir. Cual si fueran
temibles delincuentes/ Hace a los campesinos prisioneros, / Los
atropella con sus bandos fieros/ Y les procura males
diferentes.
(«Concentrados, 1897)

Entre los sonetos del libro «Recuerdos de la
guerra» de 1898, destacan «Al generalísimo
Máximo Gómez», «Al Mayor general
Francisco Carrillo» «Al brigadier González
Planas» «A Remedios mi ciudad querida»; sin
embargo es en el soneto «El vapor Monserrat» de
octubre, 1897; donde el odio y el desprecio que se siente por un
criminal alcanzan la categoría de excelente poesía.
El Monserrat es el vapor en donde regresa Valeriano Weyler a
España; y el poeta describe – en el primer cuarteto del
soneto homónimo- el surcar del barco por las aguas del
océano, en el segundo, la noche, el reflejo de la luna y,
la «sombra pavorosa de un camarote» llena el
ambiente de terror, entonces en un giro poético de
incalculable belleza y desgarramiento,- en los tercetos- asegura
que si por un momento aquella máquina de vapor supiera
reconocer- como un humano- la carga de muertes que lleva encima,
preferiría hundirse contra las rocas. ¡El
desprecio de lo inanimado por el criminal!

Las formas preferidas, al igual que en el romanticismo
europeo, son el romance y el soneto, sobre todo por la migración
de los españoles hacia Remedios a principio y mediados del
XIX y por el orgullo de seguir siéndolo, aunque en el caso
de los poetas de la segunda etapa -Eduardo Ruiz, Menéndez
de la Peña, Guillermo Foyo, Juan Jorge Sobrado- comienza a
operarse una toma de conciencia hacia
lo nacional cubano, el primero llama "la tierra donde
nací" a España y a Cuba la nombra "Patria". El
último termina combatiendo en la guerra del 95 y deja
testimonio de la misma en el libro "Recuerdos de la guerra" de
1898.

Desde 1839, año en que se tiene noticia de la primera
composición remediana publicada por la prensa habanera,
hasta el 1990 los poetas remedianos, o residentes en Remedios se
mueven en todos los tipos de métricas que caracterizan al
romanticismo; la octava real e italiana, la polimetría;
hasta llegar a Facundo Ramos y Ramos quien asume la décima
para dejar testimonio de nuestra identidad.

De las ciento sesenta poesías encontradas:

Endechas, redondillas, serventesios (27), Romances (32),
Estrofa mixta (6), Pareados (1), Octava Real, italiana, octavilla
(11), Sonetos (49), Quintilla (12), Décima (14), Letrilla
(3), Sextina (3), Elegía (1), Silva (1), Epigramas
(132)

Conclusiones.

Condicionantes geográficas, económicas,
políticas y socioculturales favorecen el desarrollo de la
poesía en Remedios durante el siglo XIX. Su ascenso
definitivo se produce en la década del 50 con la
inauguración de la imprenta donde ven la luz
periódicos y libros que brindan su espacio a la
difusión de los valores
locales.

Entre los iniciadores de la poesía remediana se
encuentran Tomás de Rojas, Francisco Riverón,
Dolores Montalván, Teodosio Montalván, José
de León Albernas, Rodolfo Menéndez de la
Peña, Andrés del Río, Francisco Javier
Balmaseda. hasta alcanzar el número de veintiocho.

Para su estudio se determinaron dos etapas: la primera incluye
los poetas hasta 1869 con una obra menos comprometida socialmente
y más apegada a Dios, a la naturaleza, la soledad y con
gran influencia del neoclasicismo español; la segunda se
inicia en 1879 con la rehabilitación de la prensa y la
asimilación de lo cubano identificado con patria; se hace
una poesía netamente romántica. Los temas ubican al
poeta en el centro de las emociones. Las
composiciones incorporan la aceptación de los tipos
populares de la zona en que viven. Los adjetivos prefieren la
acentuación esdrújula. Las formas preferidas, al
igual que en el romanticismo europeo son el romance, el soneto,
la cuarteta, la octava real e italiana, la quintilla y en
último plano la décima; este periodo culmina con el
libro de Juan Jorge Sobrado «Recuerdos de la Guerra»
en 1898 y la poesía de Facundo Ramos que asume el habla
del campesino y se nutre de la flora y fauna cubana
para verterlas en sus composiciones.

.Muchas obras tienen defectos, existen imprecisiones del
pensamiento y
descuido en el escribir, algunas tienen rimas fáciles y
soluciones ingenuas pero todas reflejan una época, un
período necesario en el desarrollo de la literatura en el
territorio.

Se logró compilar un total de ciento sesenta obras
publicadas en periódicos como: El Boletín, El
Porvenir, La Razón, El Criterio Popular, entre otros.

Por la calidad de sus obras algunos de los poetas estudiados
debieran ser incorporados a antologías de la poesía
cubana como Eduardo Ruiz y García, Juan Jorge Sobrado y
Guillermo Foyo.

Referencias
bibliográficas.

(1)- Cristina Baeza y Maritza García.
Modelo
teórico para la identidad cultural. En Cultura Cubana.
Parte I, pág.52

(2)- Pablo Guadarrama. Presupuestos para una posible
filosofía de la cultura
, pág.
22

(3)- Cristina Baeza y Maritza García.
Modelo teórico para la identidad cultural. En Cultura
Cubana. Parte I, pág.51

(4)- Cintio Vitier. La literatura en el Papel
Periódico de la Havana. En Cultura Cubana. Parte II,
pág.55

(5)- Virgilio López Lemus. Doscientos
años de poesía cubana. Pág. 30

Bibliografía.

– Anderson Imbet, Enrique. (1968) Historia de la literatura
hispanoamericana. Tomo I. Edición
Revolucionaria, La Habana.

– Almazán del Olmo, Sonia y Mariana Serra
García. (2006) Cultura Cubana. Parte I y II. Editorial
Félix Varela. La Habana.

– Arias, Salvador. (1980) Tres poetas en la mirilla. Editorial
Letras Cubanas, La Habana.

– Bueno, Salvador. (1963) Historia de la Literatura Cubana.
Editorial Nacional de Cuba, La Habana.

– Chabás, Juan. (1972) Historia de la literatura
española. Instituto Cubano del Libro, La Habana.

Diccionario de
la Literatura Cubana. (1980) Instituto de Literatura y Lingüística de la Academia de Ciencias de
Cuba. Tomo I y II. Editorial Letras Cubanas, La Habana, Cuba.

– Fowler Calzada, Víctor. (2006) La eterna danza.
Editorial Letras Cubanas, La Habana.

– Gayol Fernández, Manuel. (1959) Teoría
Literaria. Cultural S. A., La Habana.

– Guadarrama, P. (2002) Presupuestos para una
posible filosofía de la cultura
. Extraído el
22 de octubre del 2008 desde: http://cenit.cult.cu/sites/revista_islas/pdf/137_02_Guadarrama.pdf
2002.

– Islas No. 67. Universidad
Central de Las Villas. Sept. – dic. 1980

– Islas No. 73. Universidad Central de las Villas. Sept- dic.
1982

– López Lemus, Virgilio. (1999) Doscientos años
de poesía cubana. Antología poética. Casa
editora Abril, La Habana.

– Martínez Fortún y Foyo. (1936) José A.
Anales y efemérides de San Juan de los Remedios y su
jurisdicción. Tomo IX. Imprenta Pérez Sierra, La
Habana.

– Ortíz, Fernando. (1975) Historia de una pelea cubana
contra los demonios. Editorial de Ciencias
Sociales, La Habana.

– Portuondo, José Antonio. (1981) Capítulos de
literatura cubana. Editorial Letras Cubanas, La Habana.

– Prensa local: El Boletín de 1858 a 1861

La Razón 1862

La Atalaya de 1864, 1867 y 1868

El Porvenir de 1864

El Heraldo de 1866 y 1867

El Criterio Popular de 1878 a 1896 y el 1898

El León Español de 1880

La Constitución de 1884 a 1886

El Sinsonte de 1894 a 1895

El Remediano de 1896 a 1897

La Paloma de 1896 a 1897

Las Villas de 1897 a 1902

El Iris de 1898 a 1899

– Torres Cuevas, Eduardo y Oscar Loyola Vega. (2002) Historia
de Cuba 1492- 1898. Formación y liberación de la
nación.
Editorial Pueblo y Educación, La Habana.

– Venegas Fornias, Carlos. (1979) Dos etapas de
colonización y expansión urbana. Editora
Política, La Habana.

– Vitier, Cintio. (1998) Lo cubano en la poesía.
Editorial Letras Cubanas, La Habana.

 

 

Autoras:

Lic. María Aleyda Hernández
Suárez.

Lic. Marcia María Guerra González.

SUM Remedios. UCLV.

Enviado por:

Asnety Chinea Franco

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter